sábado, 19 de marzo de 2011

Hierofobia

Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a los curas, sacerdotes o cosas litúrgicas.

Lo sagrado ha funcionado y aún funciona como sistema cultural generador de temores. De hecho, lo sagrado se propone como lo trascendental y eterno frente a lo efímero de la humanidad. La construcción del mundo como ordenado por Dios o por una Entidad superior al hombre no hace más que poner en evidencia el caos en el que transcurre la existencia humana. Esto hace que los hombres puedan sentirse amenazados. Las personas que padecen de este trastorno tienen exacerbados estos temores

Claustrofobia

Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a permanecer en un espacio cerrado.
Esta fobia puede ser consecuencia de una mala experiencia (como por ejemplo, haberse quedado encerrado en un espacio cerrado) o también indirectamente (por escuchar relatos de personas a las que les haya sucedido algo parecido). Las personas que padecen de este miedo a los espacios cerrados (se estima que entre un 2 y un 5% de la población) suelen evitar en consecuencia los ascensores, el metro, los túneles, las habitaciones pequeñas, hasta las puertas giratorias les pueden presentar dificultades, así como también el uso de equipos para técnicas de diagnóstico médico como el TAC. No temen al espacio cerrado en sí mismo, sino a las posibles consecuencias negativas por encontrarse en este lugar. Por ejemplo, temen quedarse encerrados para siempre o a morir asfixiados, debido a que creen que no hay suficiente aire en espacios cerrados. Asimismo, muchos espacios pequeños y cerrados implican poca libertad de movimientos, lo que hace que las personas claustrofóbicas se sientan muy vulnerables.
Al anticipar que van a entrar, o al ingresar a un espacio cerrado, quienes sufren esta fobia experimentan una ansiedad intensa y síntomas tales como falta de aire, mareo, palpitaciones, etc. Los fóbicos tienden a evitar los espacios cerrados, a los cuales describen con la sensación de estar atrapados sin una salida.
Se puede reconocer que una persona sufre de claustrofobia si presenta algunas de las siguientes conductas: al entrar a un cuarto, chequea dónde están las salidas, se sitúa cerca de ellas y se siente incómodo si las puertas o las ventanas están cerradas; evita conducir o entrar a un automóvil durante la hora pico de tráfico; evita usar el ascensor y escoge las escaleras, aunque sean muchos pisos; en una fiesta llena de gente, elige situarse cerca de las salidas; siente pánico si se cierra una puerta en la habitación donde está.
La claustrofobia se trata con psicoterapia, técnicas de relajación y visualización, terapia cognitiva del comportamiento y en algunos casos medicamentos, como los antidepresivos o los ansiolíticos.
Algunos especialistas relacionan la claustrofobia con la agorafobia (miedo a los espacios abiertos) ya que las consideran dos caras de la misma moneda. En ambas fobias, quienes las padecen reconocen que sus temores son irracionales, pero no pueden controlarlos. Los síntomas de ansiedad experimentados son similares. Y en ambos casos, la solución a la fobia comienza por enfrentar los propios temores.

Acarofobia:

Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a las picaduras de insectos o los insectos que pican. Las personas que sufren de este trastorno pueden sufrir la ilusión de que insectos diminutos (ácaros) han infectado su piel

Homofobia

El término homofobia hace referencia al rechazo (fobia del griego antiguo Φόϐος, ‘pánico’) o de forma extendida a la aversión, odio, prejuicio o discriminación, contra hombres o mujeres homosexuales, aunque también se incluye a las demás personas que integran a la diversidad sexual, como es el caso de las personas bisexuales o transexuales, y las que mantienen actitudes o hábitos comúnmente asociados al otro sexo, como los metrosexuales y las personas «con pluma». El adjetivo es "homofóbico".
Existe cierto relativismo sobre lo que abarca el concepto de homofobia. Así por ejemplo, los que rechazan las políticas de igualdad (entre personas de diferente orientación sexual) consideran que ese rechazo no es homofobia,[1] [2] sino simplemente una opinión igualmente respetable como la aprobación.
Homofobia no es un término estrictamente psicológico. Se calcula que cada dos días una persona homosexual es asesinada en el mundo debido a actos violentos vinculados a la homofobia.[3] Amnistía Internacional denuncia que más de 70 países persiguen aún a los homosexuales y ocho los condenan a muerte.[4]

Xenofobia

La xenofobia (Del griego ξένος xeno = extranjero y φοβία fobia = temor) es el odio y rechazo al extranjero, con manifestaciones que van desde el rechazo más o menos manifiesto, el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. Una de las formas más comunes de xenofobia es la que se ejerce en función de la raza, esto es, el racismo.[1] La «Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial» (aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de diciembre de 1965) define la discriminación racial o xenofobia como:
Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.
Artículo 1º de CERD[2]
En los países occidentales, tradicionalmente han sido, y son, las formaciones de ultraderecha las que alimentan y promueven el sentimiento de xenofobia, existiendo en la actualidad una creciente preocupación por el rebrote de estas formaciones y de estas actitudes.
La creciente aparición de actitudes racistas, en Europa y en otros lugares del mundo, es en estos momentos un hecho penoso y grave. Probablemente, nunca dejó de existir una minoría xenófoba, pero lo que está ocurriendo de un tiempo a esta parte es que esa minoría crece, abandona el secreto vergonzante, se manifiesta públicamente, protagoniza actos violentos e, incluso, justifica su peculiar visión del mundo en el marco legal de partidos políticos
Archivo:Conferência Regional das Américas.jpg

Muro de Berlin

El Muro de Berlín (en alemán Berliner Mauer), denominado «Muro de Protección Antifascista» (Antifaschistischer Schutzwall) por la socialista República Democrática Alemana – RDA (Deutsche Demokratische Republik – DDR) y a veces apodado «Muro de la vergüenza» (Schandmauer) por parte de la opinión pública occidental,[1] fue parte de las fronteras interalemanas desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989 y separó a la República Federal Alemana de la República Democrática Alemana hasta ese año.[2]
El muro se extendía a lo largo de 45 kilómetros que dividían la ciudad de Berlín en dos y 115 kilómetros que separaban a la parte occidental de la ciudad del territorio de la RDA. Fue uno de los símbolos más conocidos de la Guerra Fría y de la separación de Alemania.[3]
Muchas personas murieron en el intento de superar la dura vigilancia de los guardias fronterizos de la RDA cuando se dirigían al sector occidental. El número exacto de víctimas está sujeto a disputas y no se conoce con seguridad. La Fiscalía de Berlín considera que el saldo total es de 270 personas, incluyendo 33 que fallecieron como consecuencia de la detonación de minas. Por su parte el Centro de Estudios Históricos de Potsdam estima en 125 la cifra total de muertos en la zona del muro.[4]

jueves, 17 de marzo de 2011

8. ¿Qué consecuencias históricas conoces que sean producto del odio a lo diferente? ¿Tienen algún tipo de justificación?

Conocer ninguna pero la gente oye que las personas de diferente color engaña y que roba y vende cosas en mal estado y eso hace que la gente inconscientemente la gente desconfie de la gente de color distinto al suyo,y no no tiene ninguna justificacion porque cada persona no es igual a todas y las personas merecen un a opurtinadad y no deben ser juzgadas por lo que hayan hecho otras personas

¿Cuáles son los problemas más frecuentes con los que se enfrentan las minorías culturales?

Que al ser minoritarias casi nadie le hace caso y no pueden demostrar bien lo uqe quieren hacer y mejorar a las personas que en realidad estarian haciendo lo correcto pero su mayor problemas esque la gente como no lo ven en la tele,radio,televison pues no le hacen caso y no pueden ralizar su ideales

Explica algún prejuicio de los más extendidos y qué se puede hacer para luchar contra él.

El problemas mas extendido es el del razismo y clasismo ya que la mucha gente sigue viendo mal a personas de color y no confian en ellos.Una solucion es hacer sociedades para poder explicar que son personas tanto blancas como ellas y que merecen una opurtinadad para poder integrarlos en la sociedad.

Cuales son los poblemas mas comunes en una sociedad plural

Afectando al modo de vida de los individuos: cambios económicos, que se aprecian en el ámbito del trabajo, el consumo, el desarrollo de una sociedad del bienestar, la apertura de fronteras; cambios políticos, con la llegada de una democracia participativa de todos los ciudadanos y mejoras educativas y sanitarias; cambios culturales, que se traducen en un intercambio de estilos, modas y costumbres; cambios tecnológicos, que acrecientan la investigación, el bienestar y la información de los ciudadanos; y cambios en las relaciones interpersonales

Cuales son los poblemas mas comunes en una sociedad plural

Afectando al modo de vida de los individuos: cambios económicos, que se aprecian en el ámbito del trabajo, el consumo, el desarrollo de una sociedad del bienestar, la apertura de fronteras; cambios políticos, con la llegada de una democracia participativa de todos los ciudadanos y mejoras educativas y sanitarias; cambios culturales, que se traducen en un intercambio de estilos, modas y costumbres; cambios tecnológicos, que acrecientan la investigación, el bienestar y la información de los ciudadanos; y cambios en las relaciones interpersonales

QUE ES SOCIEDAD INTERCULTURAL

La diversidad tiene su origen en la distinción biológica, étnica, cultural, social, económica, política, religiosa e histórica que existe en una sociedad formada por individuos de características diferentes. Estas sociedades se llaman también plurales, ya que en ellas, y a partir de sus integrantes, coexisten distintas visiones de la vida, que pueden enriquecerla convivencia y, en consecuencia, la vida de todos y cada uno de los miembros del conjunto social.
SE FAVORECE-
La diversidad tiene su origen en la distinción biológica, étnica, cultural, social, económica, política, religiosa e histórica que existe en una sociedad formada por individuos de características diferentes. Estas sociedades se llaman también plurales, ya que en ellas, y a partir de sus integrantes, coexisten distintas visiones de la vida, que pueden enriquecerla convivencia y, en consecuencia, la vida de todos y cada uno de los miembros del conjunto social.

A QUE SE LLAMA CULTURA

Por cultura podemos entender el conjunto de los datos informativos que todos recibimos a partir del espacio humano en el que estamos inmersos y que han ido conformando y condicionando la propia personalidad: lenguaje, métodos educativos, estructuras familiares, religiosas, políticas, económicas, sociales, costumbres, sistema de valores, experiencias personales, avances técnico-científicos, descubrimientos, acontecimientos históricos.»

A QUE SE LE LLAMA DIVERSIDAD


Laclaración Universal de la UNESCO sobre la Diveridad Cultural se aprobó porunanimidad en una coyuntura muy singular: acababan de producirse los acontecimientosl de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural se aprobó por
del 11 de septiembre de 2001 y la 31ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO
constituía el primer gran encuentro de nivel ministerial después de aquel día aciago.
Ello brindó a los Estados la ocasión de reafirmar su convicción de que el diálogo
intercultural es el mejor garante de la paz, y de rechazar categóricamente la tesis
que auguraba un choque ineluctable entre las culturas y civilizaciones.
Un instrumento de esta envergadura es algo novedoso para la comunidad internacional.
En él se eleva la diversidad cultural a la categoría de “patrimonio común
de la humanidad”, “tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica
para los organismos vivos”, y se erige su defensa en imperativo ético indisociable
del respeto de la dignidad de la persona.
La Declaración aspira a preservar ese tesoro vivo, y por lo tanto renovable, que es
la diversidad cultural, diversidad que no cabe entender como patrimonio estático sino
como proceso que garantiza la supervivencia de la humanidad; aspira también a evitar
toda tentación segregacionista y fundamentalista que, en nombre de las diferencias
culturales, sacralice esas mismas diferencias y desvirtúe así el mensaje
de la Declaración Universal de Derechos Humanos
unanimidad en una coyuntura muy singular: acababan de producirse los acontecimientos
del 11 de septiembre de 2001 y la 31ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO
constituía el primer gran encuentro de nivel ministerial después de aquel día aciago.
Ello brindó a los Estados la ocasión de reafirmar su convicción de que el diálogo
intercultural es el mejor garante de la paz, y de rechazar categóricamente la tesis
que auguraba un choque ineluctable entre las culturas y civilizaciones.
Un instrumento de esta envergadura es algo novedoso para la comunidad internacional.
En él se eleva la diversidad cultural a la categoría de “patrimonio común
de la humanidad”, “tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica
para los organismos vivos”, y se erige su defensa en imperativo ético indisociable
del respeto de la dignidad de la persona.
La Declaración aspira a preservar ese tesoro vivo, y por lo tanto renovable, que es
la diversidad cultural, diversidad que no cabe entender como patrimonio estático sino
como proceso que garantiza la supervivencia de la humanidad; aspira también a evitar
toda tentación segregacionista y fundamentalista que, en nombre de las diferencias
culturales, sacralice esas mismas diferencias y desvirtúe así el mensaje
de la Declaración Universal de Derechos Humanos
del 11 de septiembre de 2001 y la 31ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO
constituía el primer gran encuentro de nivel ministerial después de aquel día aciago.
Ello brindó a los Estados la ocasión de reafirmar su convicción de que el diálogo
intercultural es el mejor garante de la paz, y de rechazar categóricamente la tesis
que auguraba un choque ineluctable entre las culturas y civilizaciones.
Un instrumento de esta envergadura es algo novedoso para la comunidad internacional.
En él se eleva la diversidad cultural a la categoría de “patrimonio común
de la humanidad”, “tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica
para los organismos vivos”, y se erige su defensa en imperativo ético indisociable
del respeto de la dignidad de la persona.
La Declaración aspira a preservar ese tesoro vivo, y por lo tanto renovable, que es
la diversidad cultural, diversidad que no cabe entender como patrimonio estático sino
como proceso que garantiza la supervivencia de la humanidad; aspira también a evitar
toda tentación segregacionista y fundamentalista que, en nombre de las diferencias
culturales, sacralice esas mismas diferencias y desvirtúe así el mensaje
de la Declaración Universal de Derechos Humanos